March 29, 2023
LA HISTORIA DE MI DIGESTIÓN Y DE PORQUÉ ESTOY AQUÍ

Probablemente llegaste aquí de manera similar que yo alguna vez llegué con mi primera nutriólgoa. No sabía ni por dónde empezar. Me sentía absolutamente perdida alrededor de la comida, con todo y que según yo sabía muchísimo sobre cómo alimentarme “de forma sana”, pero la realidad es que no tenia ni idea de que me hacía bien y que me estaba haciendo sentir FATAL. 

Te quiero contar un poco sobre mi historia, más específicamente mi historia digestiva y cómo es que llegué a estar en el lugar que estoy hoy. 

Todo empezó al rededor de cuando tenía 12 años, cuando tuve mi primera úlcera gástrica. Así es, a los 12. Obviamente fuí sometida a una endoscopía e inicié un régimen de antiácidos y demás medicamentos que me duró hasta los 22 años. Parte de las instrucciones que tenía del equipo de médicos que me veía es que hiciera dieta blanda, la cual mantenía un poco a raya mis síntomas, pero en el minuto en el que me descarrilaba un poco, ¡BAM!, todo regresaba y con el doble de fuerza.

Después, a la gastritis se le sumo la colitis y finalmente un diagnóstico de Síndrome de Intestino Irritable, es decir, me la vivía inflamada, con dolor, llena de gas y lo peor…sin poder comer lo que me gustaba. 

Como te decía, durante más de 10 años viví a base de antiácidos y todo tipo de medicinas para la colitis y gastritis. No importaba qué comiera me moría de dolor. Mi panza parecía una de un embarazo de 7 meses CADA día a tal grado que me dolía respirar.

Cuando entré a la escuela de medicina mis síntomas se exponenciaron al millón . El estrés hacía que mi colitis fuera insoportable y el único tratamiento que me daban eran más antiácidos de diferentes colores y sabores y si no me creen, pregúntenle a mis amigos médicos, era “la niña Riopan”.  Además de todo, llevaba una alimentación que CERO me estaba ayudando, era vegana… y peor aún, a veces, crudivegana.

Llegó el día en el que me fui al hospital, con una pseudo íleo paralítico, que quiere decir que mi intestino dejó de moverse y nadie sabía porqué y después de muchos tests, nunca pudieron decirme que fue lo que pasó. 

Poco después de esto, decidí darme de baja de la escuela de medicina, porque aparte de que tenía mis dudas si ese tipo de medicina era el que quería seguir estudiando, sabía que el estrés que me generaba me estaba matando por dentro.

Así que decidí perseguir mi mayor pasión de toda la vida, la cocina. Entré a trabajar a un restaurante durante 6 meses donde fuí ayudante en pastelería. Parte de mi trabajo era probar tooooodos los postres, salsas, panes, pastelitos, etc. a las 7:00 am para ver que siguieran teniendo la misma calidad y sabor. Sin decirte más, me empecé a sentir FATAL. No sólo subí unos cuantos kilos, pero en general me sentía MAL. Así fué como decidí ir a mi primera nutrióloga, la cual coincidió que era especialista en clínica y en hormonas. Una verdadera crack. 

En el momento en el que ella empezó a hablar algo me hizo click. Se me llenaros los ojos de lagrimas de escucharla y de ver los mismos libros en su consultorio que yo había usado en la escuela de medicina. Fue ahí cuando supe que quería explorar la opción de ser nutrióloga, pero no sólo eso, quería ser una nutrióloga especializada en clínica con la capacidad de ver más allá de lo que los libros dicen, con la facultad y virtud de conectar con mis pacientes y ver un 360° de su vida para poder darles el mejor tratamiento posible.

Y entonces…parte de lo que empecé a hacer gracias a esa nutrióloga fue hacer las pases con el veganismo y volver a incluir algunos productos de origen animal. Cambié la forma en la que hacía ejercicio. Empecé a tomar suplementos de altísima calidad para llenar los huecos nutrimentales que tenía. Prioricé dormir más y mejor. Regresé a la cocina de mi casa y empecé a cocinar más y más. Comencé a respirar más, a poner atención a mi estado emocional y eventualmente, ir a terapia y sanar desde la raíz. 

Desde ese momento, te puedo decír que fue cuando por primera vez empecé comer por salud, a comer para nutrir cada una de las células de mi cuerpo… a comer más y mejor. Poco a poco mi digestión cambió, mi panza ya no era un globo de Cantoya cada día y pude incorporar todos los alimentos que me hacían feliz. En general, empecé a estár más contenta, más clara mentalmente y cada vez más fuerte. 

Al día de hoy puedo comer tranquila. Ya no me inflamo. Ya no tengo dolor. 

Sin duda ha sido un camino largo en donde he tenido que aprender muchísimas cosas y meter la pata en otras. Pero ha valido la pena. Porque no sólo me dió las bases para saber que me quería especializar en esta área, sino también para poder ponerme en los zapatos de todxs aquellos que sufren de síntomas gastrointestinales, que no sólo son incómodos, sino pueden llegar a convertirse en grandísimas limitaciones en la vida de una persona.

Y sin duda, lo más poderoso que hoy sé, es que para mejorar y optimizar la salud de una persona es FUNDAMENTAL tomar y entender el 360° de los aspectos de su vida y preguntarles TODO TODO sobre ellxs, porque todo es importante

No hay que tratar los síntomas, hay que tratar todo el sistema entero.

Si te sentiste identificadx, es posible que el Plan Desde La Raíz sea para ti. En este plan de 4 meses veremos todos los aspectos de tu vida y iremos hasta la raíz de tus síntomas para poderlos sanar desde el inicio.

Con amor,

Lu

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