Inicié mi carrera en la salud estudiando un poco más de 3 años de medicina. Durante este tiempo siempre hubo algo que  me decía que existía una forma distinta de hacer las cosas; una forma en la que cada uno de nosotros podía tener el poder para curarse a sí mismo, y no sólo eso, sino el poder y el conocimiento para jamás enfermarse también.

Fue así como decidí hacer una pausa en mi carrera y ponerme a pensar. Lo primero que se me hizo sentido, fue convertirme en chef y curar a través de los alimentos.

Pero había un elemento faltante, y era esa adrenalina que me daba el saber y entender el cuerpo humano a profundidad que me daba la carrera de medicina.

Así que junte mis  pasiones en una sola, la salud, el bienestar y la comida, y decidí estudiar nutrición clínica.
‍

Al acabar mi licenciatura, trabaje en hospitales públicos, donde conecté con la gente y mi vocación como nunca. Así fue como decidí hacer una maestría en metabolismo y una especialidad en nutrición clínica.

A lo largo de estos años, me entregué a mis instintos y a la fuerza de la naturaleza. Desde chica la medicina Ayurveda había estado presente en mi vida, pero en su momento la hice a un lado para enfocarme sólo en lo que me decían en la escuela. Y así fue cómo también la retomé, junto con la herbolaria y la nutrición y medicina funcional, que juntos, estoy segura que hacen mi práctica no sólo más holística y amplia, pero le aportan un poder; el poder de entender a cada persona como un todo interconectado por mil redes.

Hoy me encuentro terminando varias certificaciones, dentro de ellas el FDN, herbolaria clínica y medicina funcional.